domingo, 21 de septiembre de 2014

LA EDUCACIÓN RACIONAL EMOTIVA (ERE)


William J. Knaus




La Educación Racional-Emotiva (ERE) es un programa de educación afectiva que tiene muchos puntos de contacto con la TREC

La Educación Racional Emotiva (ERE) se encuentra entre los mejores programas psicológico-educativos o afectivo.-educativos. Trata de ayudar a la persona a adquirir un conjunto de estrategias cognitivo-emotivo-conductuales que le capacite a identificar sus sentimientos y afrontar y cambiar sus pensamientos y su conducta inapropiada.

ENFOQUE DE LA EDUCACIÓN RACIONAL-EMOTIVA


La Educación Raciional-Emotiva (ERE) presenta un enfoque sistemático para enseñar las técnicas de la solución de los problemas que sigue  los principios de la psicoterapia racional-emotiva. (Ellis, 1962; Ellis y Harper, 1961; Goodman y Multsby, 1974) Mientras la ERE es idéntica filosóficamente a la TREC, pone un mayor énfasis en el aprendizaje experiencial como lo defendió J. Dewey (Bernstein, 1960) y Piaget y Inhelder (1970) y en las estrategias de simulación descritas por Knaus y Wessler (1976). Más aún, la ERE supone que los niños aprenderán a enfrentarse racionalmente a sus problemas por medio de la presentación de tareas y de problemas en un ambiente de grupo.

La ERE, a diferencia de del proceso psicoterapéutico, es una serie planificada de lecciones emotivas que sigue un programa temático.(Knaus, 1974; Knaus y Eyman, 1974; Knaus y McKeever, 1977). La ERE ofrece un método a profesores y alumnos de aprender las habilidades de la auto-ayuda siguiendo una serie de lecciones que les capacita cada vez más para comprender mejor sus sentimientos, para solucionar sus problemas básicos y para examinar el resultado de sus esfuerzos. Así, un niño con problemas emotivo-conductuales encontrará un firme fundamento de conocimientos y de habilidades para aplicarlo en la práctica.

El programa temático estructurado de la ERE comprende una serie de unidades didácticas que ayudan a los niños a conocer sus sentimientos y cómo se desarrollan, a distinguir entre las suposiciones y los hechos, a rebatir las ideas que subyacen en los sentimientos de inferioridad, a aceptar la imperfección, a enfrentarse a las reacciones emocionales perturbadas (depresiones, angustia), a desarrollar una perspectiva amplia, a tolerar la molestia de la frustración y a superar los estereotipos sociales a causa de tener un sexo determinado.

El capítulo 3 de Rational Emotive Education (Knaus, 1974) ilustra la forma de ser aplicada la ERE. Esta unidad está preparada para ayudar a los niños a definir y a identificar los sentimientos comunes y a demostrar que los sentimientos están influidos por los pensamientos. Una lección de ese capítulo recalca un juego de pantomima (El Acertijo de la Expresión), que ayuda a los alumnos a aprender que las personas no expresan uniformemente sus sentimientos y más aún, que una persona solo puede determinar exactamente lo que otra persona está sintiendo haciéndole preguntas. Para demostrar estas diferencias individuales el encargado del grupo de la clase selecciona varios grupos de voluntarios para que hagan una representación mímima de un sentimiento particular a su propio estilo. Cada grupo va pasando uno detrás de otro representando mímicamente un sentimiento diferente mientras el resto de la clase trata de adivinar el sentimiento que quiere expresarse por medio de la pantomima.

El programa de la ERE mantiene una transferencia de aprendizaje al animarles a los niños a que comprueben en las diversas situaciones de su vida los principios que están aprendiendo. En el Acertijo de la Expresión descrito, por ejemplo, se les puede asignar a los alumnos el ejercicio de preguntar al profesor cómo puede sentirse en diversas horas del día y luego comprobar si sus adivinanzas corresponden a la realidad. Los principios también pueden ser aplicados espontáneamente cuando se producen los problemas reales. Por ejemplo, en un aula, un niño se molestó al principio al llegar a la conclusión que a su amigo no le gustaba cuando estaba enfadado. En vez de caer en un estado de depresión o de irritación, el niño fue capaz de utilizar los conceptos aprendidos en el Acertijo de la Expresión para analizar este problema comprobando sus percepciones y descubriendo que ciertamente su amigo estaba enfadado, pero que su enfado no estaba dirigido contra él.

Los conceptos educativos racional-emotivos pueden ser incluidos formalmente en la programación escolar como un medio preventivo de salud mental. Con esto se pretende enseñar a los niños a pensar objetivamente. Eso se puede lograr asignando a los niños la tarea de examinar el impacto que ciertas creencias ejercen sobre su propia conducta y la de los demás. Por ejemplo. se puede examinar la superstición en las unidades de los estudios sociales analizando el fundamento que existe para temer a los gatos negros o al martes y trece como un día de mala suerte. Una vez que el niño ha aprendido a reconocer sus suposiciones personales que le inducen al miedo, se pueden utilizar estos métodos para rebatir sus propias ideas como tácticas para solucionar sus problemas.

Por supuesto, el ambiente del aula puede ser un lugar muy aprovechable para que los niños aprendan múltiples estrategias racionales por medio del programa de la ERE. Por ejemplo, se les puede enseñar a los niños un vocabulario sobre las emociones y sentimientos que les capacite para identificar y expresar con mayor exactitud sus sentimientos. Muchos niños tienen auténtica necesidad a este respecto. Ellos hablan de generalidades y no logran especificar con exactitud sus sentimientos. Así, el enseñar a los alumnos que utilicen palabras y frases descriptivas y concretas les ayuda en su trabajo y en las situaciones de su vida diaria.

Con la ERE se pueden utilizar algunas tácticas adicionales. Kazdan (1975) propuso que se podían emplear incentivos económicos para estimular a los niños a comprobar activamente sus comportamientos racionales. Según las diversas circunstancias de cada problema, se le puede reforzar a un niño con vales que se pueden cambiar por premios cuando intenta enfrentarse racionalmente a un problema difícil. También se pueden utilizar los vales para estimular los comportamientos positivos experimentales para correr riesgos, tales como cuando un niño tímido se ofrece voluntario para hablar en la clase delante de todos sus compañeros.

El autor también ha desarrollado una técnica evocativa combinando la ERE con el refuerzo para hacer que los niños difíciles se comporten de forma apropiada. Por ejemplo, en una primera reunión de grupo con ocho niños revoltosos y trastornados emocionalmente de 11 y 12 años de edad, el autor sugirió que el grupo probablemente no se centraría en lo que iban a hacer porque dudaba incluso de que se pudieran mantener sentados en sus sitios respectivos si siquiera media hora. Cuando uno de los niños del grupo le desafió, el autor le dijo al grupo que les daría a cada uno una moneda si el grupo era capaz de centrarse en lo que hacían durante media hora, pero que él dudaba que tendría que pagarles nada porque el grupo "haría lo que les viniera en gana". El acuerdo consistía en que todos los del grupo tendrían que permanecer centrados en la "lección de los sentimientos", preguntar activamente y responder a las preguntas y no levantarse de sus asientos. El grupo se puso en pie desafiándole y le ganaron la apuesta. De acuerdo con el enfoque de la ERE, el autor intervino activamente con los niños para ayudarles a ver cómo los pensamientos influyen en los sebtimientos y acciones de una persona. Utilizando ejemplos que le sugerían los mismos miembros del grupo, el autor comenzó a demostrarles la forma de superar las frustraciones y la impulsividad. En la segunda reunión del grupo, se retiró la recompensa de la moneda; sin embargo el grupo permaneció muy atento durante toda la sesión de media hora. Se introdujo un nuevo concepto motivacional. Hablando con el autor, el grupo estaba entusiasmado por aprender los conceptos racionales para desarrollar el "músculo mental". A esto se le llamó el "kárate mental". Se les dijo que en el kárate uno apende los métodos de defensa física. En el kárate mental, uno aprende a defenderse nentalmente aprendiendo la forma de no hacer caso de los insultos ni de otros medios por los que las personas se perturban innecesariamente a sí mismos. Se hicieron unas vendas rojas de distintos colores para ponérselas en la muñeca de la mano y que representaban los diversos niveles de competencia alcanzados en este proceso de aprendizaje mental. Los miembros del grupo dijeron que solamente llevarían estas vendas en sus muñecas durante las reuniones de grupo ya que decidieron que el kárate mental sería su arma secreta para el dominio de sí mismos y no querían hacer publicidad de su competencia.


http://www.rebtnetwork.org/library/Rational_Emotive_Education.pdf

Fuente:

Manual de Terapia Racional-Emotiva
Albert Ellis
Russell Grieger







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