EL CONSTRUCTO “INTELIGENCIA EMOCIONAL”: APORTACIONES DE
LA TREC A PARTIR DEL MODELO DE HABILIDADES DE SALOVEY Y MAYER
HIPÓTESIS SOBRE LOS BENEFICIOS DE LA APORTACIÓN DE LA TREC
Posibles aportaciones desde la TREC al modelo de
habilidad de Salovey y Mayer en cada uno de los cuatro niveles jerárquicos:
El principal
objetivo de la terapia será detectar y cambiar tanto las evaluaciones erróneas
de la realidad (fruto de las distorsiones) como las creencias dogmáticas y
absolutistas (exigencias y derivados) que las originan. La meta que se persigue
es que el paciente pueda llegar a ser su propio terapeuta y por tanto ser capaz
por él mismo de encontrar nuevos pensamientos alternativos y más constructivos
que le ayuden a tener un mayor manejo de sus emociones y a conseguir sus
objetivos y metas personales. En eso consiste al fin y al cabo la inteligencia
emocional. El estilo de la TREC es
activo, directivo y en gran parte educativo. (Ellis y Dryden, 1987, Ellis,
1984, Walen, DiGiuseppe y Dryden, 1992)
Nivel 1: Percepción, valoración y expresión de las
emociones.
En esta primera
fase un individuo evalúa (toma actitudes, se siente predispuesto) cuando
percibe algo como “bueno” o “malo”,
“agradable” o “desagradable”, “beneficioso” o ”perjudicial” y si su evaluación
es muy intensa se emociona y es entonces cuando, (como resultado de su
percepción), responde de un modo positivo o negativo. La evaluación es una
característica fundamental del organismo humano y parece trabajar en una
especie de circuito cerrado con un mecanismo de retroalimentación, ya que la
percepción predispone a la respuesta y la respuesta tiende a responder a la
percepción subsidiaria. La emoción, por lo general (probablemente siempre) va
acompañada de algún tipo de sensaciones corporales, las cuales, (al ser
percibidas por la emoción individual), refuerzan la emoción original. Por
consiguiente las emociones son evaluaciones con un fuerte componente corporal,
mientras que las llamadas actitudes no emocionales son evaluaciones con un
componente corporal y relativamente débil (Ellis, A.1998)
Ejemplo: Una
persona llega a un lugar donde hay mucha gente desconocida y tiene que hablar
en público. Todos la miran fijamente. Según el tipo de interpretación que haga
sobre este hecho, es decir según lo que piense, reaccionará a nivel emocional y
conductual. Por ejemplo si piensa que los demás la están evaluando
positivamente se sentirá mucho mejor que si piensa que la evalúan
negativamente. En función de lo que piense actuará también de diferente forma.
Si piensa positivamente, posiblemente actuará de forma firme y segura y si lo
hace negativamente empezará a sudar, a ponerse roja, tartamudeará…. Y es muy
posible que acabe bloqueándose. Las ideas que componen nuestra estructura
cognitiva son fruto de las experiencias previas en diferentes áreas. Para cada
una de éstas, poseemos distintos
esquemas o conjunto de ideas que nos permiten identificar los estímulos,
categorizar la información, buscar estrategias para resolver problemas y
alcanzar metas. Sería muy interesante aplicar en este punto de la terapia
alguna de las pruebas psicométricas exclusivas de la TREC: Por una parte el
test de Actitudes y creencias (ROI), un cuestionario de auto-informe que consta
de 100 preguntas (V o F) y que evalúa cuales son nuestras creencias aprendidas.
Y también sería conveniente aplicar la Escala de Actitudes y creencias, un
cuestionario tipo Likert de 48 preguntas, donde se evalúan las actitudes y
creencias mantenidas.
Nivel 2: Utilizar las emociones para facilitar el
pensamiento
Cada vez que una
persona realiza un acto neurótico (como temer de manera irracional hablar en
público), está verbalmente diciéndose cosas como “¡oh, qué terrible sería si me
encontrara frente a todos esos extraños, lo hiciera mal, me equivocara y ellos
no me aprobaran!” Y es su verbalización interna la que en gran medida
constituye o causa sus trastornos.
Las creencias están
en el cerebro. Hay creencias que son objetivas o universales (como por ejemplo
el punto de ebullición del agua), que es igual en todos los lugares y sea quien
sea quien efectúe la medición, siendo por tanto una creencia racional lógica.
Esa creencia objetiva no nos levanta ninguna emotividad y la respuesta es una
actuación neutra, no predispone a una actuación. Pero cuando se trata de ideas
o estímulos no medibles la cosa se complica. Lo que ocurre entonces es que
pensamos con una creencia que viene del consciente, del inconsciente, de la
propia cultura filosófica y del propio aprendizaje del sujeto dentro de la
familia. Existen unas creencias que están muy arraigadas (sobre todo en la
cultura occidental) A esas creencias irracionales (Ellis encontró 12), les
damos un criterio constante como el de la ebullición del agua y al darles una
validez objetiva sufrimos, porque la emotividad siempre es secundaria: primero
va la idea o pensamiento y después va el sentimiento. Si yo pienso que algo es
“terrible” me voy a sentir irritado, temeroso, asustado…. y actuaré huyendo o
agrediendo (o paralizándome). Pero es en el inicio donde tenemos que actuar (en
los pensamientos) cuando damos validez a las creencias irracionales y empezamos
a sentir emociones “negativas” y a sufrir. Las creencias están siempre, pero
cuando viene un estímulo y las pone en marcha es cuando saltan las emociones
negativas. Por eso es tan importante tomar conciencia de ellas para responder y
funcionar de manera adaptativa. En la TREC el terapeuta, como una especie de
sabio con autoridad, enseña literalmente al paciente cómo pensar más clara y
científicamente sobre sí mismo, los demás y el mundo.
Durante las etapas
iniciales de entrenamiento se recomienda enseñar al paciente el modelo ABC de
forma directa, ya que le ayuda a entender su esquema conceptual e identificar y
cuestionar sus aspectos irracionales para reemplazarlos por otros más
funcionales. Aquí será muy importante el empleo de auto-registros.
Nivel 3: Comprender, analizar y utilizar el conocimiento
emocional.
La TREC utiliza dos
tipos de técnicas: Las “preferenciales”, que son exclusivas de este modelo terapéutico y las “generales”,
donde se toman técnicas de otros sistemas, adaptándolas para hacerlas
consistentes a la teoría de la TREC. La TREC preferencial constituye la
“solución elegante” y en ella se trabaja con el debate o cuestionamiento, el
cual tiene el propósito de enseñar al paciente a utilizar el método científico
para el análisis de su pensamiento irracional. Una vez que se han diferenciado
las ideas racionales de las irracionales, lo esencial del debate es cuestionar
las irracionales. Por medio del debate se discute el sistema de creencias
irracionales del paciente y puede ser de naturaleza cognitiva, conductual o por
medio de la imaginación. Se le puede pedir por ejemplo al paciente que se sitúe
en el peor escenario posible (frente al auditorio, quedándose en blanco,
haciendo una pésima exposición y con todo el mundo observándole atentamente…)
El cuestionamiento es un proceso lógico y empírico en el que se ayuda al
paciente a que se detenga y piense. Su objetivo básico es ayudarle a
internalizar una nueva filosofía. En el ejemplo anterior: “Sería una gran
contrariedad si no consigo hacer una buena exposición en público, pero puedo
soportarlo. Simplemente puedo quedarme en blanco o puedo fallar y eso no es tan
terrible” El debate por lo tanto se compone de dos estrategias básicas: se
ayuda al paciente a que: 1) examine y
cuestione su forma actual de pensar, y 2) desarrolle nuevos y más funcionales
modos de pensamiento. El debate es el centro de la TREC. Se prefiere trabajar
primero con las creencias evaluativas y nucleares, debido a que los
pensamientos automáticos surgen normalmente de los esquemas cognitivos
nucleares. La TREC utiliza tres estrategias básicas en el debate: 1) centrarse
en la falta de lógica, 2) centrarse en el aspecto empírico/objetivo y 3)
centrarse en el aspecto pragmático/práctico. La primera es el núcleo principal
del debate filosófico, técnica considerada parte de la TREC “preferencial”, las
otras dos forman parte de la TREC “general”.
Nivel 4: Regular las emociones para promover el crecimiento
emocional e intelectual
El objetivo de esta
última etapa es fortalecer la nueva creencia racional. Cabe destacar que el
cambio no es mágico ni sencillo y que requiere una gran dosis de esfuerzo y de
tolerancia a la frustración. La nueva creencia racional tendrá forma de
preferencia y sus inferencias serán racionales.
La TREC ha
introducido el concepto de “tareas para casa” como una herramienta muy útil en
el proceso psicoterapéutico. Su propósito principal es ayudar al paciente a
reforzar lo adquirido mediante la sesión terapéutica como su nueva filosofía
racional o su habilidad de debatir mediante ejercicios entre sesiones, cuando
el sujeto interacciona con su mundo real en su día a día. Asimismo el terapeuta
puede revisar los progresos de su paciente.
Hay muchas clases
de tareas: de lectura, de escritura, de escucha, de imaginación, cognitivas,
emotivas, conductuales, de relajación…. Ya que la mejor forma de optimizar el
aprendizaje es utilizando multitud de técnicas y modalidades. Las tareas más frecuentes
de la TREC preferencial incluyen el
Formulario de autoayuda, los Diarios, la Biblioterapia, las Audiciones y los
Ejercicios para atacar la vergüenza.
La TREC también defiende una posición humanista
Así como otras
terapias cognitivo-conductuales no presentan de forma explícita una orientación
humanista, la TREC en cambio mantiene claramente una posición
humanista-existencial. Como alternativa a la “autoestima”, Ellis propone el
concepto de "autoaceptación" consistente en algo que podríamos llamar
"el amor incondicional a nosotros mismos", querernos y valorarnos por
el hecho de existir, sin calificarnos en ninguna escala de valores (podemos
calificar las conductas, pero no a las personas). Esto mismo, también vale
referido a los otros. Además, la TREC
no se limita a corregir áreas deficientes, sino a desarrollar potencialidades.
El modelo de Mayer y Salovey es cohesivo y
exhaustivo y predominantemente cognitivo, hace referencia al procesamiento
emocional consciente. Al igual que en la TREC, las emociones no están sujetas a
juicios valorativos, ni tampoco hacen referencia a emociones positivas o
negativas en sí mismas, siendo la emoción vista igualmente desde un punto de
vista adaptativo. Según este modelo, ser capaz de dar un carácter positivo a la
adversidad no sólo mejora la salud e incrementa el bienestar sino que además
permite mejorar y crecer psicológicamente. Desde la TREC, a pesar de que se
intenta minimizar las emociones debilitantes, eso no quiere decir que sea poco
saludable sentir fuertes sentimientos de pesar o displacer cuando se experimentan sucesos
desafortunados.
Ambos modelos se
centran en el presente (en el aquí y el ahora), en las emociones negativas
inapropiadas y en conductas desadaptadas que pueden sabotear una experiencia vital
plena. Ambos comparten la idea de que
siendo capaces de aprender a utilizar las emociones desagradables de
forma inteligente, podremos comportarnos de manera más asertiva y de este modo
cambiar las circunstancias adversas externas. La TREC propone que cuando
nuestras emociones “negativas” son más intensas (p.ej. ira, pánico o depresión)
no solamente nos hace sentirnos infelices, sino que también nuestra habilidad
para manejarnos en la vida comienza a deteriorarse. Por este motivo, la calidad
de nuestros pensamientos cambia y empezamos a sacar las cosas de perspectiva,
condenando a los demás por sus errores y volviéndonos asimismo menos
tolerantes. Mediante el debate (empírico, pragmático y sobre todo filosófico)
enseña a la gente a reconocer y cambiar los aspectos de sus pensamientos que no
son sensatos, acertados o útiles para lograr así la superación de problemas y
la mejora del desarrollo personal. De todas formas, también usa una serie de
métodos emocionales y conductuales apropiados para reducir los sentimientos
desagradables e incrementar la efectividad personal. Estos incluyen la
imaginación racional emotiva, asertividad, asunción de riesgos, entrenamiento
en habilidades de comunicación y ejercicios para atacar la vergüenza. De este
modo la TREC nos ayuda a restaurar nuestro equilibrio emocional, ofreciéndonos
métodos para pensar de forma más realista y con un mayor nivel de comprensión
sobre nosotros mismos, los demás y el mundo, en general.
Ambos modelos
entienden la inteligencia emocional como la habilidad de interactuar con el
mundo de forma receptiva y adecuada. Aprendiendo a utilizar nuestras emociones de manera inteligente evitaremos asimismo que ellas nos controlen a
nosotros y dirijan nuestras vidas, dado que saber manejar adecuadamente nuestras
emociones es síntoma de madurez.
Podríamos resumir
diciendo que la Inteligencia Emocional significa tomar conciencia de nuestras
propias emociones, comprender las ajenas (ser empático), ser capaz de
controlarlas (las nuestras) para ser capaces de superar las frustraciones de la
vida cotidiana, saber relacionarnos con los demás y saber tomar decisiones de
forma adaptativa y adecuada.
La TREC en su mayor
parte consiste en enseñar al individuo cómo continuamente está manteniendo
filosofías de vida negativas y tontas, y cómo debe ver, examinar, comprender,
desafiar y cuestionar estas filosofías negativas. Es así una verdadera escuela
de terapia analítica, y se recomienda desmentir lo negativo más que acentuar lo
positivo. Una de las principales razones para esto, es que ha encontrado que la
gente trastornada acentúa lo positivo, y mientras se dicen a sí mismos que
realmente valen la pena, que no necesitan tener miedo a nada ni a nadie, que
sienten amabilidad hacia los demás y que mejoran cada día más y más, son
todavía capaces de seguir al mismo tiempo afirmando y creyendo cosas
fuertemente negativas de sí mismos (auto-saboteándose). En particular, la
persona que se mantiene diciéndose a sí
misma frases sanas, tales como “no hay nada realmente de lo que tener miedo en
mi relación con los otros, me gustaría que me aceptasen, pero puedo pasar sin
su amor y aprobación”, puede muy fácilmente seguir diciéndose a sí misma con
mucha más fuerza y convicción “pero es terrible si yo no les gusto, y sería
catastrófico, si están firmemente en contra mía”.
Verdaderamente, el simple
hecho de que el individuo sea consciente de decirse a sí mismo que no le
importa demasiado, si la desaprobación de los otros puede impedirle darse
cuenta de que cree más firmemente que se preocupa en exceso por su
desaprobación. El “pensamiento positivo” por lo tanto, es generalmente una
disculpa y encubrimiento de los fundamentales y todavía muy vivos procesos
neuróticos. Está relacionado con el mecanismo de “uvas amargas” de las Fábulas
de Esopo, donde la zorra no siendo capaz de alcanzar las uvas y temerosa de que
los otros animales la despreciaran por no ser capaz de lograrlo, pretendió que
en realidad y en primer lugar no quería las uvas. El hecho es que por supuesto
que las quería, y en lugar de decirse saludablemente a sí misma “bien, yo
quiero estas uvas, pero no puedo alcanzarlas. Mala suerte, y si los demás me
desprecian por no ser capaz de alcanzarlas, ese es su problema”. Ella,
falsamente se dijo a sí misma (y a los otros) “¿quién necesita las uvas?, yo
realmente no las quiero”. La zorra de este modo se sintió bien, al menos
momento en que todavía quería las uvas….
Solamente después
de que el sujeto en cuestión se haya convencido a sí mismo de que no es
terrible si los otros no le admiten, o de que podrá soportar si fracasa al
intentar alcanzar ciertos objetivos,
sólo entonces, será capaz de decirse a sí mismo de manera honesta y
firme: “yo puedo vivir sin la aprobación de los demás, o yo intrínsecamente
merezco la pena, tenga o no éxito en mi Trabajo”.
No es tanto lo que
nos pase en la vida sino cómo podemos
afrontarlo para mejorar esa capacidad de adaptación, por tanto no se trata
tanto de ser emocionalmente inteligentes como de mantener una actitud de
cultivo de la propia Inteligencia Emocional. En definitiva, tener la habilidad
para conocerse a sí mismo y saber gestionarse.
Fuentes:
Ellis, A. (1998)
Razón y emoción en psicoterapia. Ed. DDB 5ª Edición
Ellis, A./Dryden,
W. (1980). Práctica de la Terapia Racional Emotiva
Ellis, A./Grieger,
R.(2000). Manual de Terapia Racional Emotiva. Vol.I y II Ed DDB. 8ª Edición
Lega,L./Caballo,V./Ellis,A.(2009).Teoría
y práctica de la terapia racional emotivo-conductual. Siglo XXI
Sorribes, F./ Lega,
L. (2013) Una nueva guía para manejar sus emociones. Institut RET.
Publicaciones. Barcelona